Aquí encontrará una variedad de Temas Espirituales.

Ofrendando y Diezmando a Dios
¿Por qué y Cómo?


Introducción del autor

 Uno de los temas más controversiales en el seno de muchas iglesias cristianas, hoy d¡a, es el de las "ofrendas y los diezmos". Y no sorprende que as¡ sea, pues, muy poco se enseña sobre el particular y, por lo general, los que s¡ procuran ense¤ar aunque sea un poco sobre el tema lo tienden a hacer desde puntos de vista tradicionales, acomodaticios al "sistema" de doctrina denominacional de la iglesia local en particular. Sin embargo, si hablamos de ofrendas y diezmos, deber  ser según lo que la Biblia enseña.

 Si la Palabra de Dios no requiere estas "disciplinas financieras personales" del cristiano, no deber¡an ser impuestas sobre él o ella; mas, si son enseñanza b¡blica -es decir, ordenadas por Dios- entonces nos compete conocer qué Dios enseña sobre el particular y cuál es nuestro deber requerido respecto a las mismas.

 Hace cerca de quince años tuve ocasi¢n de presentar a la iglesia que pastoreaba -y que aún pastoreo por la gracia de Dios- un estudio bosquejado sobre este tema de las "ofrendas y diezmos" en la iglesia. Aparte de que es una leg¡tima  rea de enseñanza doctrinal de la Palabra que, en distintas ocasiones, yo tra¡a ante la congregaci¢n, en esta ocasi¢n fui motivado por una muy abierta corriente de resistencia de parte de algunos miembros de la iglesia. Reclamaban, en conversaciones privadas, que no aceptaban que el "diezmar" fuera obligatorio para el cristiano de hoy. Otros sent¡an lo mismo, pero lo callaban.

 No hay que decir que quienes as¡ se manifestaban tampoco eran dadivosos en sus ofrendas al Señor. Y eso no me sorprend¡a, pues, as¡ tiende a ser, ya que el coraz¢n que no tiene en alta estima los requerimientos b¡blicos de Dios tambi‚n suele ser mezquino en todo lo que tiene que ver con "devolverle al Señor", as¡ sea su tiempo, talento o sus bienes materiales. Las ofrendas de algunos eran meras centaver¡as al compararse con sus buenos sueldos mensuales.

 Recuerdo que el domingo que inici‚ el estudio -que sigue abajo- tambi‚n llev‚ unos recipientes met licos (latas) bien preparados , rotulados afuera as¡: "Ofrenda para el Señor". Les dije a los presentes que hac¡a mucho tiempo las finanzas de nuestra iglesia estaban en tan precaria situaci¢n que no pod¡amos pagar las obligaciones contra¡das, y mucho menos podr¡amos contemplar ciertos trabajos de mantenimiento de la planta f¡sica que ya no pod¡an esperar m s. Entonces, les indiqu‚ que yo s¢lo ve¡a tres alternativas para allegar fondos a nuestra iglesia, a saber:

 1. Que escribi‚ramos una carta oficial al Alcalde (S¡ndico) de la ciudad solicitando que considerara otorgar una subvenci¢n o donativo a la iglesia, dado el caso de que nuestra presencia en la comunidad supone cierta "ayuda y beneficio" moral, social. Los rostros de los presentes parec¡an incr‚dulos... como que no pod¡an creer que fu‚ramos a considerar tal opci¢n.

 Proced¡ a explicar, en muy pocas palabras, c¢mo tal alternativa no era posible para personas que profesaban ser hijos de Dios, servidores del Señor. Parec¡an estar de acuerdo conmigo.

 2. Que cada familia y/o individuo aceptara preparar unos recipientes (latas) similares a los que ten¡a conmigo sobre el p£lpito, dedicando cierto tiempo diario para irse a los lugares de gran concurrencia de personas en nuestra ciudad, ya fueran centros comerciales y/o las intersecciones principales de nuestras carreteras para, as¡, pedirle a la gente su "cooperaci¢n" ante nuestra "necesidad". Una vez m s, sus rostros mostraban su gran sorpresa al escuchar mi sugerencia de esta alternativa para allegar fondos a nuestra iglesia.

 Tambi‚n proced¡ a explicar c¢mo tal alternativa no era posible para personas que profesaban ser hijos de Dios, servidores del Señor. Les record‚ que a menudo vemos tal tipo de actividad de parte de miembros de otras iglesias, cosa que siempre hemos censurado como impropio para la iglesia visible de Cristo en este mundo. ¨C¢mo va un hijo de Dios a pedirle a un hijo de sat n que le ayude con donativos para la iglesia del Señor? Es una contradicci¢n; ­es una afrenta a Dios! Como en el primer caso, parecieron estar de acuerdo con su pastor de que no ser¡a correcto pedirle a "los de afuera" un donativo para la iglesia, por pequeña que fuera.

 3. Entonces le dije a la congregaci¢n presente que, a mi juicio, s¢lo quedaba una alternativa, a saber, la b¡blica... la £nica que Dios ha puesto ante nosotros. ¨Y cu l es esa alternativa? ¨Cu l es el medio b¡blico que Dios ha ordenado? Las ofrendas y los diezmos. Cuando dije ‚sto, los rostros de algunos reflejaron aceptaci¢n, conformidad; pero, los de otros mostraron, no tanto incredulidad -como en las primeras alternativas sugeridas- sino mas bien cierta sonrisa c¡nica, soberbia, burlona. Como que me estaban diciendo: "Eso yo no lo acepto... usted lo sabe... no me venga con eso ahora. No creo en el diezmo".

 La realidad del caso es que estos £ltimos rechazar¡an las primeras dos alternativas no tanto por convicci¢n b¡blica, espiritual, sino por meras consideraciones humanas, ego¡stas. Es decir, su rechazo a esas dos alternativas no ser¡a por convicci¢n b¡blica sino, m s bien, por pura l¢gica humana. Esto queda manifiesto cuando la £nica alternativa, la b¡blica, recibe de ellos tal reacci¢n de desd‚n. Son estos los que tampoco ofrendan con liberalidad y amor, sino con mezquindad... los que dan lo que les sobra... los que desconocen lo que es "amar al Señor de todo el coraz¢n y con todo el alma", lo que incluye con todo el "bolsillo" y la "chequera".

 Proced¡, de inmediato, a presentarles el estudio que aqu¡ les ofrezco, indicando que habr¡amos de considerar todos los pasajes b¡blicos en ambos Testamentos que atañen al amplio tema de las ofrendas y los diezmos. La meta que yo persegu¡a en ese momento era poner ante nuestra iglesia la consideraci¢n de todo lo que Dios dice al respecto. As¡ podemos conocer su mente en estas cosas.

 Vemos c¢mo, en el principio, ‚l puso en el coraz¢n de sus criaturas ese instinto de tributarle a ‚l parte de lo que ‚l nos ha dado por su gracia. Al pasar el tiempo, Dios instituy¢ su pacto con Mois‚s, los diez mandamientos, en los que hab¡an claros preceptos tocantes a las ofrendas y diezmos.

 Luego, cuando la muerte de Cristo estableci¢ -mediante su sangre derramada- el nuevo pacto, vemos c¢mo la nulidad del antiguo pacto no result¢ en la eliminaci¢n de dichos medios para allegar dineros a la naciente iglesia del Señor. Por el contrario, vemos que ambos mecanismos -ofrendas y diezmos- son validados como leg¡timos y necesarios para la iglesia de Cristo del nuevo pacto. Por tanto, somos claros en afirmar que, aunque el pacto viejo ces¢ el d¡a que Cristo muri¢ en la cruz, no as¡ ocurri¢ con las ofrendas y los diezmos. Dicho de manera sencilla, estas son leg¡timas disciplinas en la iglesia del Señor debido a que ‚l y sus ap¢stoles as¡ las enseñaron en diversas maneras y ocasiones.

 Quien quiera resistir estas enseñanzas, quien desee afirmar que "no est  obligado(a)" a diezmar o a ofrendar con liberalidad, deber  buscar sus razones y motivaciones no en argumentos est‚riles, supuestamente b¡blicos -pues all¡ no existe tal cosa- sino en la dureza de su propio coraz¢n... en su abierta rebeli¢n a la ley de Cristo que pesa sobre ellos: ­si es que de veras son hijos de Dios, regenerados por la sangre de Cristo! Argumentar que, "el pacto antiguo pas¢, por lo que no tengo que diezmar" s¢lo muestra o su desconocimiento de la enseñanza del Nuevo Testamento al respecto o su rebeld¡a a lo que admite "s¡, es enseñanza que no acepto".

 A continuaci¢n, pues, el estudio en forma bosquejada, tal y como lo present‚ a la iglesia -copias del mismo en manos de cada miembro de la iglesia. No añadir‚ texto alguno al bosquejo original. Luego de conclu¡do, ofrecer‚ varios comentarios finales.

Ofrendando y Diezmando a Dios - ¿Por Qué?

I. CONCEPTO GENERAL DEL OFRENDAR Y EL DIEZMAR

  A. El Ofrendar en el AntiguoTestamento

     1. G‚nesis 4:3,4 - Ca¡n ofrenda, y Abel trae de las primicias.      2. G‚nesis 8:20 - No‚ ofreci¢ holocausto (ofrenda).
     3. xodo 25:2,3 - Dios orden¢ a Mois‚s a requerir
ofrendas          voluntarias.
     4. Proverbios 11:24 - "
Repartir".
     5. Malaqu¡as 3:8 - "Hab‚is robado a Dios los
diezmos y las          ofrendas."
     6. G‚nesis-Malaqu¡as - 100's de ocasiones m s.

  B. El Ofrendar en el Nuevo Testamento

     1. Lucas 6:38 - "Dad, y se os dar ; medida buena,          apretada..."
     2. Lucas 21:1-4 - Cristo compara las
ofrendas de los ricos y          la viuda.
     3. Romanos 15:26 - La "
colecta" para los pobres...
     4. 1 Corintios 16:1 - La "
colecta" para los santos...
     5. 2 Corintios 9:1 - La "
suministraci¢n" para los santos...
     6. 2 Corintios 9:7 - Cada uno "
d‚"... Dios ama al "dador"          alegre.

  C. El Diezmar en el Antiguo Testamento

     1. G‚nesis 14:20 - Primera ocasi¢n: Abraham diezm¢ a          Melchisedec.
     2. G‚nesis 28:22 - Jacob prometi¢ dar el
diezmo de toda          posesi¢n.
     3. Lev¡tico 27:30- - Primer mandato espec¡fico requiriendo el          
diezmo.
     4. 1 Samuel 8:13- - A£n el Rey tiene el derecho de requerir          el
10%.
     5. Malaqu¡as 3:8 - "Hab‚is robado a Dios los
diezmos y las          ofrendas."

  D. El Diezmar en el Nuevo Testamento

     Aparte de la reprensi¢n de Jes£s a los Fariseos por "diezmar      la menta y la ruda", el Fariseo que or¢ en p£blico diciendo      que "diezmaba" y la narraci¢n en Hebreos sobre Abraham y      su encuentro con Melchisedec... el t‚rmino "diezmo" no se      menciona.

     ¨Significar  ‚sto que el diezmo o el dar "proporcionalmente"      a Dios fue eliminado bajo el nuevo pacto en Cristo? Esto lo      iremos viendo y contestando en la medida que progrese el      estudio.

     1. Lucas 10:7 - El obrero es digno de su salario (aunque          este caso no es en una iglesia, el 'principio' aplica).
     2. 1 Corintios 9:7-15 - Pablo argumenta desde el modelo          mosaico ("no pondr s bozal al buey que trilla") no s¢lo la          legitimidad de esta provisi¢n al que predica el evangelio,          sino aparentemente el "mecanismo proveedor", a saber,          el
diezmo, implicado por "comen del templo" y "participan          del altar" (v.13) refiri‚ndose al mecanismo usado bajo el          pacto antiguo, a saber, los diezmos.
     3. 1 Timoteo 5:18 - "No pondr s bozal al buey que trilla; y:          Digno es el obrero de su
salario".

II. ENSE¥ANZA BÍBLICA SOBRE EL DIEZMO Y LA OFRENDA...      ANTES, DURANTE Y DESPUES DE LA LEY MOSAICA.

  A. ANTES DE MOISS

     1. No hay mandato a tal efecto. Sabemos que se hac¡a y          que Dios aceptaba y aprobaba los mismos.

         a. El caso de Ca¡n y Abel - G‚nesis 4:3-4 - La actitud del              coraz¢n vista por Dios.
         b. El caso de No‚ - G‚nesis 8:21 - Dios percibi¢ "olor de              suavidad".
         c. el caso de Abraham - G‚nesis 14 - La bendici¢n de              Melchisedec a Abraham es evidencia de la apobaci¢n              divina.
         d. El caso de Jacob - G‚nesis 28:22 - ¨De d¢nde recibi¢              el concepto del 10%?

     Es importante notar que estos casos no pueden ser      producto de una ley formal bajo Mois‚s. ¨Ser¡a algo     inherente en la misma naturaleza humana creada por Dios?     Tal vez por eso el hombre pagano tambi‚n practicaba el     diezmo, haciendo de manera pervertida y sin glorificarle     aquello que Dios hizo bieno. Desde la creaci¢n, Dios puso "su     ley" en el coraz¢n.

  B. BAJO LA LEY MOSAICA

     1. Diezmos:

         a. Ordenados en Lev¡tico 27:30-33
         b. Otros ejemplos: N£meros 18:21-28 -
Diezmos dados a              los levitas. Deuteronomio 12:5-18; 14:22-27; 26:12 -              Amplifican y detallan el uso y funci¢n del diezmo.
         c. A£n el Rey pod¡a exigir el
10% del pueblo - 1 Samuel              8:13,17

     2. Ofrendas:

         a. xodo 25:2-7; 29:27-28
         b. Lev¡tico 7:32
         c. N£meros 5:9
         d. 2 Cr¢nicas 31:4-6
         e. Nehem¡as 12:44; 13:10-13

     3. Primicias:

         a. Nehem¡as 12:44; 13:10-13 - Diezmos y Primicias eran              cosas separadas, distintas.

  C. DESPUS DE MOISES - LA IGLESIA

     Lo que se le ofrenda a Dios se menciona bajo dos       categor¡as: una, descrita claramente, muchas veces; la       otra, de manera impl¡cita.

     1. Descrita claramente - Ofrendas especiales para suplir las          necesidades de los santos pobres y atribulados:

         a. Romanos 12:13 - "...comunicando a las necesidades              de los santos."
         b. Romanos 15:26 - "...una
colecta para los pobres de              los santos."
         c. 1 Corintios 16:1 - "...la
colecta para los santos."
         d. 2 Corintios 8:1-24 - "...la
comunicaci¢n del servicio              para los santos" (v.4).
         e. 2 Corintios 9:1-15 - "...la
suministraci¢n para los              santos" (v.1).

     2. La implicada - y por ello, no menos clara: la fuente de          donde procede el "sueldo" para el que ministra el          evangelio.

         a. 1 Corintios 9:7-14 - "As¡ tambi‚n orden¢ el Señor a los              que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
         b. G latas 6:6 - "El que es enseñado, comunique en              todos los
bienes al que le instruye."
         c. 1 Timoteo 5:17-18 - "No esbozar s al buey que trilla...              digno es el obrero de su
salario."

     Estos tres textos apuntan hacia la ministraci¢n de la       Palabra dentro del contexto de la iglesia local, lugar de       donde ha de venir el salario del que ministra.

III. ¨QU DEBE CARACTERIZAR LA ACTITUD DE CORAZàN Y        MENTE DE QUIEN DIEZMA Y OFRENDA A DIOS?

  A. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

     1. Liberalidad; repartiendo - Proverbios 11:24-26 - (lo          contrario a la mezquindad)
     2. Confianza en Dios - Malaqu¡as 3:7-10 - "
Probadme ahora          en ‚sto..."
     3. Sumisi¢n y obediencia - 2 Cr¢nicas 31:4-6 - "Obedecieron          el edicto, y trajeron
primicias y diezmos por montones."

  B. EN EL NUEVO TESTAMENTO

     1. Gozo - 2 Corintios 8:2 - La "abundancia de su gozo..."
     2. Dando en necesidad - 2 Corintios 8:2 - "Prueba de la          riqueza de
bondad."
     3. Buena voluntad - 2 Corintios 8:2 - "...abundaron en          riquezas de su
generosidad."
     4. Sembrar en bendiciones - 2 Corintios 9:6 - "...el que          siembra
generosamente..."
     5. Alegr¡a - 2 Corintios 9:7 - "...dador alegre...", voluntario;          de coraz¢n.
     6. Agradecimiento - G latas 6:6 - "Hacer
part¡cipe al que le          instruye"... la motivaci¢n correcta.
     7. Disposici¢n de coraz¢n que ve la necesidad - Filipenses          4:15 - El
cuidado y trato dado a Pablo.
     8. Compasi¢n - G latas 2:10 - "
acordaos de los pobres..."     
     9. Con sacrificio - Lucas 21:1-4; 2 Corintios 8:2 - La viuda dio
             todo su sustento; En necesidad.

IV. IMPEDIMENTOS AL EJERCICIO DE LA GRACIA DE       OFRENDAR A DIOS

     A. El grave error de creer hallar satisfacci¢n personal en la          vanidad de las posesiones y la posici¢n social. Lucas          12:15 - "No tengo para dar... est  todo comprometido."          Compare con Mateo 6:19-21 - "No os hag is tesoros en          la tierra... donde estuviere vuestro tesoro, all¡ estar           vuestro coraz¢n." Compare tambi‚n con la "siembre"          correcta descrita en 2 Corintios 9:6.

     B. Mezquindad para con Dios - 2 Corintios 9:5-6 - "Sembrar          escasamente"; Compare con Nehem¡as 13:10-13... La          mezquindad del pueblo oblig¢ al Levita a buscar su          sustento de la tierra.

     C. Amor a, y el dominio por la vanidad - Haggeo 1:4-7 -          Sembrando semilla de "atenci¢n y amor a sus propias          casas en perjuicio de lo de Dios. "­Pensad bien sobre          vuestros caminos...!" Considere la gran cena en Lucas          14:18. Tambi‚n considere en 2 Corintios 4:18 c¢mo la          atenci¢n a lo "temporal" no deja tiempo, dinero ni inter‚s          para aquello que es eterno.

     D. El pensar que, de alguna manera, Dios se complace y          conforma con nuestras sobras. Considere en Lucas          21:1-4 la ofrenda de la viuda pobre. La conclusi¢n l¢gica          de esta mentalidad: "Si no me sobra, no hay para          ofrendar y diezmar" (los ricos). La viuda ech¢ lo que "no          le sobraba"... lo dio todo.

     E. Actitud que no teme robarle a Dios - Malaqu¡as 3:8-10 -          Se preguntaban: "¨En qu‚ te hemos robado?" La          respuesta divina: "En vuestros diezmos y ofrendas".

V. PROMESAS DE DIOS AL QUE OBEDIENTEMENTE OFRENDA      Y DIEZMA A L

     A. Bendiciones - 2 Corintios 9:6
     B. Multiplicaci¢n de sementera - 2 Corintios 9:10 -          Enti‚ndase producci¢n, ventas, ingresos, econom¡as...
     C. Aumento en el crecimiento de nuestros frutos de justicia          - 2 Corintios 9:10
     D. Har  crecer en otros el agradecimiento a Dios -
         2 Corintios 9:13
     E. Engordar  (en bendici¢n) y saciar  (satisfacci¢n) -          Proverbios 11:25-26

~ FIN DE ESTUDIO BOSQUEJADO ORIGINAL ~

 En conclusi¢n, compartir‚ varias observaciones pr cticas que surgen, naturalmente, de los muchos textos b¡blicos presentados arriba, as¡ como de la "experiencia real" en la vida de un pastor de ovejas.

Afirmamos, como creyentes en el nuevo pacto de Cristo -obrado en su sangre en la cruz- que la iglesia de Cristo no est  obligada a "diezmar, ofrendar y a dar las primicias" debido a la ley mosaica, a saber, los diez mandamientos. Como ley vigente sobre las almas, ‚sta caduc¢ cuando Cristo muri¢. Pruebas b¡blicas al respecto se podr n apreciar en numerosos art¡culos y estudios en nuestro sitio en la web, "En Voz de Gracia... Conocer  de Cristo" (http://cristo.org).

 Agarrarse de esa "ley ya caducada" con el fin de zafarse de la obligaci¢n de "dar a Dios los bienes materiales que ‚l requiere de nosotros" s¢lo muestra el pecado de rebeld¡a a Dios, amor a lo terrenal y un desconocimiento o desprecio de la verdad b¡blica en el sentido de que Cristo fund¢ a su iglesia sobre lo que la Biblia llama "la ley de Cristo", que no consiste de 10 mandamientos principales sino, m s bien, de una amplia gama de normas y preceptos espirituales que s¢lo se pueden obedecer bajo la direcci¢n del Esp¡ritu de Dios, Aquel quien nos hace abundar en genuino amor hacia Cristo y su santa Palabra.

 Si ley¢ con gran cuidado el bosquejo ofrecido, habr  notado que no le huimos al hecho de que, en el Nuevo Testamento, no se usa el t‚rmino espec¡fico, "diezmos", y mucho menos en el sentido de una ley obligatoria para la iglesia de Cristo. Es aqu¡ que s¢lo un coraz¢n instru¡do por el Esp¡ritu de Dios podr  ver y aceptar gozosamente que, en efecto, se nos presenta el modelo antiguo utilizado para allegar el "salario debido" a los que ministraban la Palabra de Dios como "el modelo a seguir en la iglesia". Sin  nimos de ofrender -pues de ello no hay ni una gota en mi esp¡ritu- es necesario señalar que el texto de 1 Corintios 9:7-15 habla tan claramente al respecto que quien no acepta dicha verdad all¡ declarada, est  rechazando el testimonio de Dios sobre el particular. ­Ni m s ni menos!

 Cuando en el verso 14 de dicho pasaje se nos dice: "As¡ tambi‚n orden¢ el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio", las palabras "as¡ tambi‚n" hacen referencia al m‚todo -acabado de describirse en el v.13- usado bajo el antiguo pacto para allegar los bienes necesarios para la funci¢n del tabern culo y luego el templo. El v.13 pregunta: "¨No sab‚is que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y los que sirven al altar, participan del altar?" ¨A qu‚ se refiere el ap¢stol? Es muy sencillo.

 Cuando Dios estableci¢ su pacto con Israel -los diez mandamientos- les instruy¢ no s¢lo en la creaci¢n y operaci¢n del tabern culo, el sacerdocio y todo lo relacionado, sino que tambi‚n les indic¢ c¢mo habr¡an de allegar los fondos para su funci¢n. A los levitas no se les entreg¢ porci¢n de tierra por la sencilla raz¢n de que Dios requiri¢ de las dem s doce tribus -cada una con sus tierras designadas- el sustento total para el funcionamiento de todo el aparato religioso, lo que inclu¡a la provisi¢n material para el sustento de los sacerdotes... su sueldo... su comida... su ropa, etc.

 Estoy seguro de que estos hechos no los negar  cristiano alguno. Sin embargo, la pregunta de rigor viene a ser ‚sta: ¨Por qu‚ rechazar lo que enseña este texto en 1 Corintios? ¨Por qu‚ negar que el Esp¡ritu de Dios le est  dici‚ndo a la iglesia de Cristo -no a un extinto pueblo de Dios hebreo- que, la misma forma en que se le provey¢ el sustento a los sacerdotes y sus familias bajo la ley mosaica, ha de ser la forma en que la iglesia de Cristo le provea a sus pastores, ancianos, maestros, etc.? Esto no es torcer las palabras de Pablo para lograr un significado acomodaticio que apoye el requerimiento de "diezmos y ofrendas" hoy en d¡a. ­Claro que no! Es ser honesto con la Palabra de Dios... es temerle a Dios y mostrarlo a trav‚s de la obediencia a su Palabra.

 Para el creyente de los d¡as de Pablo que preguntara: ¨Y c¢mo va el pastor a proveer para la necesidad material de su familia... c¢mo va a comer, comprar ropa, mantener su casa, etc.?, la respuesta de Pablo -inspirada por el Esp¡ritu de Dios- a quien as¡ preguntara es sencilla: "As¡ tambi‚n... mis hermanos; tal como se hizo bajo la ley de Mois‚s es que se tiene que hacer ahora". Sin embargo, sabemos que el coraz¢n incr‚dulo har  malabares con sus razonamientos y procesos de l¢gica, llegando a la conclusi¢n: "Bueno, est  bien. Acepto que el bien material para nuestro(s) pastor(es) venga de la iglesia misma... pero, no estoy de acuerdo en que tengamos que diezmar para ello".

 A los tales debemos preguntarles: "¨Y c¢mo piensa usted que los dineros han de allegarse a la iglesia para que ‚sta, a su vez, los pueda repartir a sus pastores? ¨Saliendo a la calle a pedirle donativos a los imp¡os? ¨Solicitando a los gobernantes civiles que "cooperen" con la causa de la iglesia? Hay quienes as¡ lo hacen, pero, ¨qu‚ enseña la Biblia?

 Las palabras de Pablo no meramente hacen referencia a que "la provisi¢n para los pastores" venga "de la iglesia"; habla tambi‚n de c¢mo se allegan esos dineros "a la iglesia". Los sacerdotes s¢lo pod¡an vivir de lo que llegaba "al altar, al templo" debido a que el pueblo obedec¡a los mandatos que reg¡an los procesos mediante los cuales el pueblo tra¡a esos bienes. En el bosquejo ofrecido arriba hay un inciso que hace referencia a tiempos cuando el pueblo abandon¢ su deber en estos asuntos. Los levitas se vieron forzados a labrar la tierra para poder sobrevivir.

 Esta situaci¢n fue reprendida fuertemente por Dios con el resultado de que el pueblo, renovado en su esp¡ritu y amor a Dios, comenz¢ a traer tantos diezmos y provisiones al templo que, literalmente, hab¡a "montones" de provisiones, mucho m s de lo que en el momento hac¡a falta para atender la necesidad. No se fueron a los Amorreos, Amalecitas, etc., etc. para buscar sus provisiones. Dios obr¢ en sus corazones, renovando la dedicaci¢n a ‚l y al servicio sacerdotal. S¢lo un cambio efectuado por Dios en el coraz¢n podr  enderezar el pueblo de Dios que, hoy, yerra en sus deberes a Dios, practicando el "robo" a Dios como cosa normal, diaria.

 Tantas veces ocurre que, en una iglesia local, el pastor padece necesidades materiales debido a la mezquindad de muchos en la congregaci¢n. Si alg£n miembro de esa iglesia -quien procura cumplir con sus deberes financieros ante Dios- se preocupa por la situaci¢n, tray‚ndola ante la iglesia en reuni¢n administrativa, a menudo se dar  con el caso de que otros cuestionar n p£blicamente si es necesario que al pastor se le aumente el sueldo. Hablar n sobre las finanzas de la iglesia... se preguntar n si acaso hay ingresos como para atender tal situaci¢n... dir n que hay que "estudiar" el caso a ver qu‚ se podr  hacer, si es que se puede. Pero, si de dar sus diezmos al Señor se trata, ­que se siente a esperar el pastor!

 Mostrar n un gran celo por que no se hagan compromisos para la erogaci¢n de mayores dineros, mas, sus vidas personales han mostrado a trav‚s de mucho tiempo que si ofrendan, es una menudencia la que traen a la iglesia; y de diezmar, ­ni hablar! ­Nada! Los tales nos recuerdan a personas como el "tesorero" de los disc¡pulos de Cristo, Judas. ­He experimentado tal actitud de algunas ovejas en la iglesia en "carne viva"! ­Pasando necesidades b sicas a la vez que quienes en la iglesia no diezmaban ni ofrendaban con liberalidad cuestionaban que se fuera a aumentar el ¡nfimo sueldo provisto durante años a su pastor!

 As¡, quienes reciben la abnegada enseñanza de parte de su pastor se muestran renuentes a proveerle a quien les enseña lo que necesita para vivir. No s¢lo desobedecen los mandatos que requieren que "le provean de todos los bienes al que les instruye", sino que, mostrando una fachada exterior de "gran celo por el funcionamiento adecuado financiero de la iglesia", se mantienen firmes en su mezquindad para con Dios, a la vez que siguen invirtiendo en sus casas, sus entretenimientos, paseos, viajes, etc., no viendo las necesidades de su pastor, quien a veces no ten¡a ni para comprar unas llantas nuevas para su viejo veh¡culo en el cual se pasaba viajando para atenderles a ellos.

 l lo hace por amor a Dios, y ellos, en su dureza de coraz¢n, no s¢lo cierran sus ojos a las genuinas necesidades de su pastor sino que acumulan para s¡ el severo castigo de Dios. ¨Por qu‚? Porque en su mezquindad, que visiblemente afecta materialmente a su pastor, se les olvida que contra quien pecan es realmente contra Dios. Se alegran cuando ven que un ladr¢n es enviado a la c rcel, mas, ni se inmutan por seguirle robando a Dios cada semana del año cuando retienen lo que a ‚l le pertenece para gastarlo en sus propios deleites y obligaciones.

 No puedo concluir este breve estudio sin dirigir unas palabras hacia aquellos que, present ndose como verdaderos siervos de Dios, no son sino ladrones dentro de la congregaci¢n de los santos. ­Los hay de todo tipo y fachada; usualmente se ven muy espirituales, con personalidades muy contagiosas! Pero, en sus corazones son ladrones, son ciegos que pretender guiar a otros ciegos, cayendo todos en el mismo hoyo. Esos son los que en vez de "vivir del evangelio", son "vividores del evangelio". S‚ que gente as¡ ha afectado a sinceros cristianos, haciendo que se protejan tanto de tales predatores que se van al otro extremo, llegando a negar la leg¡tima provisi¢n material a los genuinos pastores. El "vividor" ve las iglesias como un bot¡n de f cil acceso; se llena de sus bienes, y cuando m s le convenga, se desaparece.

 Cuid‚monos de no privarle a un verdadero siervo de Dios aquellos bienes y provisiones que Dios ha establecido como leg¡timos. Es propio, es b¡blico que un maestro de la Palabra reciba su salario de la iglesia local bajo su cuidado. Es un deber ante Dios. Mi experiencia de muchos años me dice que esto no pasar¡a tanto si las iglesias estuvieran m s instru¡das en la Palabra, si tuvieran m s discernimiento entre lo bueno y lo malo. Muchas veces tendemos a ser muy "cr‚dulos", dejando a un lado el examen del  rbol a trav‚s de su fruto.

 Por otro lado, hay pastores que fielmente enseñan todo el consejo de Dios -las ofrendas y diezmos inclu¡dos- por lo que "por falta de instrucci¢n" no padecen. Mas, en su endurecimiento de coraz¢n y mezquindad para con Dios le hacen caso omiso a la enseñanza ofrecida, a veces llegando a "despedir" a su pastor o, lo que a veces les parece ser m s f cil: se van a otra iglesia donde no oir n tales enseñanzas. Una cosa es segura, y es que ­del juicio de Dios no escapar n! Y es triste decirlo, pero la realidad es que, en muchas ocasiones, comienzan a "pagar el precio" por su desvar¡o aqu¡ mismo en la tierra, antes de morir, cuando "lo robado a Dios" comienza a traerles grandes pruebas y tragedias.

 Dios nos ayude a examinarnos con sinceridad. ¨D¢nde estamos parados ante la enseñanza b¡blica sobre los diezmos y las ofrendas? ¨Tenemos dudas o dificultad en acatar lo que Dios requiere de nosotros? Pid mosle a Dios que nos abra los ojos del entendimiento para entender lo que ‚l nos dice sobre este particular, nos d‚ fe para creer y voluntad para obedecer sin miedo, confiando del todo en Aquel quien nos asegura que no nos dejar  ni nos desamparar . l ser  siempre fiel. No temamos diezmarle a ‚l de todo lo que nos da. ­S¢lo har  que abunde a£n m s su bendici¢n en nuestra vida!

 Dios nos ayude a todos a tomar muy en serio las enseñanzas sobre este aspecto tan importante de la iglesia del Señor. ­Am‚n!

Escribi¢ - D.M.Surpless,
Director - VGC



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